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miércoles, 1 de junio de 2011

Lo que tiene Leopoldo López

Algo debe tener Leopoldo López. Algo, dicen. Para que haya abandonado Primero Justicia, lo hayan acogido en Un Nuevo Tiempo, haya salido de aquí, y luego enfrascarse en la construcción de una nueva estructura, Voluntad Popular, que este fin de semana demostró en Barquisimeto que en apenas dos años se ha puesto los pantalones largos. Quien lo entrevistó en El Universal este domingo, se refirió a él como un personaje “díscolo” de la política y de los partidos. Pero es todo lo contrario. Porque Leopoldo López ha hecho lo que ha hecho, a pesar de cargar con una decisión en contra: está inhabilitado para ser electo. O sea, este tipo a nada, según el régimen de Chávez, puede aspirar y, sin embargo, anda empeñado en un camino en el que otros ya hubiesen tirado la toalla. Algo debe tener. Al punto de que hace poco se le escuchó decir a un dirigente de AD que por donde había pasado se encontró con que Leopoldo López o su partido ya habían estado. Entonces, pasa lo siguiente. López ha logrado construir un partido en un escenario en el que UNT se regionaliza, y Primero Justicia se concentra, deteniendo su avance nacional. López lo hace, sin contar con figuras de impacto nacional -sólo él- y sin ser gobierno en regiones ni ciudades importantes, salvo Chacao. Y ese partido, Voluntad Popular, es el primero en proponerle al país un programa de país. Algo debe tener, Leopoldo López. Algo. Porque a estas alturas, debido a la inhabilitación, será difícil que sea candidato presidencial, pero ya ha conquistado un lugar del que será difícil destronarlo. Es el gran elector. Así lo ve el chavismo, y por eso intenta cortarle las alas. Y así lo ve Henrique Capriles Radonsky que ha dejado colar la especie de que hará llave con él en caso de que el gobernador de Miranda sea el candidato de la oposición. La verdad es que así como la oposición debe contar con la estructura y la tradición adeca para ganar elecciones, también el triunfo en 2012 dependerá de lo que haga López. De paso, ya consiguió resumir la consigna que aglutina venezolanos: paz, bienestar y progreso. Que esto no es poco. Que buena parte del mito adeco es haber calzado una frase para la historia: pan, trabajo y tierra. No es casual, entonces, el equivalente. De hecho, a Leopoldo López no lo encasillan en esa dicotomía de rico contra pobre. Su imagen trasciende el encierro perverso de la propaganda oficialista. Por eso tiene algo. Y mucho. Juan Carlos Zapata. Fuente: http://goo.gl/SRjhB